lunes, 3 de diciembre de 2012

Bienvenidas a la clase de Pintura


Cabeza colosal 2

Las cabezas colosales son obras representativas del estilo olmeca. A la fecha han sido encontrados 17 de estos monumentos: diez en San Lorenzo, cuatro en La Venta, dos en Tres Zapotes y una más en Rancho La Cobata.
Sus característicos rasgos: ojos almendrados, ceño ligeramente fruncido, labios gruesos, nariz chata y ancha y pómulos sobresalientes, hicieron que se consideraran como personajes de origen africano. Sin embargo, sabemos que no hubo ocupación negra en Mesoamérica previa a la llegada de los esclavos africanos durante la época colonial. Las cabezas han sido interpretadas como jugadores de pelota, guerreros o como retratos de gobernantes.
Todos los personajes representados llevan tocados a manera de cascos, mismos que se diferencian unos de otros por su forma o decoración. En el ejemplo que mostramos, el tocado está decorado con cabezas de aves. Destacan en El monumento las huellas de destrucción intencional, lo que se evidencia por las perforaciones que presenta en el rostro.
Las cabezas están elaboradas en basalto, roca volcánica que era extraída por los olmecas en la región de Los Tuxtlas, Veracruz, que se ubica a varios kilómetros de los sitios principales: 60 km –en línea recta- de San Lorenzo y 100 km de La Venta, sitios de gran importancia para la civilización Olmeca, en los cuales se han rescatado arqueológicamente, los ejemplares de estas obras colosales. Cultura: Olmeca
Tipo de objeto: Escultura
Materia prima: Basalto
Procedencia: San Lorenzo
Preclásico Medio (1200- 400 a.C)
Medidas: alto: 163.70 cm; ancho: 122.50 cm; espesor: 105.50 cm.


Cabeza Colosal 6

La pieza también es conocida como Monumento 17 de San Lorenzo.
Su tocado consiste en una especie de red con cuentas de jade en los cruces de las bandas, destacándose las orejeras. La escultura presenta los rasgos comunes de todas las cabezas.
En San Lorenzo, las cabezas se encontraban en la parte central del sitio, distribuidas a partir de dos ejes norte-sur.
San Lorenzo fue el primer centro olmeca. Su ocupación data del año 1500 a.C.


Juguete con ruedas

En Mesoamérica, la rueda no fue utilizada para mover ningún medio de transporte, quizá, la falta de animales de carga hacía de la rueda una herramienta poco práctica.
Sin embargo, esto no implica que los pueblos prehispánicos la desconocieran, tal como lo demuestran las figurillas como la que observamos, en la cual se aprecia que la conocían y supieron aplicarla.
La función de estas figurillas es desconocida, se ha interpretado, de forma común, que pudieron ser juguetes. Algunas de estas figurillas fueron halladas en contextos rituales.

Monumento 19

La imagen del Monumento 19 es una de las más sobresalientes del arte olmeca. Representa a un personaje sentado sosteniendo una pequeña bolsa para llevar ofrendas, quizá copal, lo que ha permitido que se interprete como un sacerdote. El personaje lleva una capa y porta un yelmo en forma de animal fantástico, mezcla de ave y serpiente.
Detrás de él se yergue una enorme serpiente de cascabel, quien con su cuerpo forma una especie de cueva, el ofidio lleva una pluma sobre la cabeza.
Esta escena podríamos interpretarla como un rito en el cual el sacerdote rinde culto a serpiente.





jueves, 1 de noviembre de 2012

Ejemplos de Ensayo simple.





INSTITUTO  SUPERIOR  DE CIENCIAS  RELIGIOSAS
REGINA  APOSTOLORUM





 

 

 

 

Sobre la segunda meditación de las Meditaciones Metafísicas de Descartes.














Trabajo escrito de filosofía del hombre
Juan Edwin Trejo AguilarÓÓ
Mérida, Yucatán, 18 de abril de 2008






INTRODUCCIÓN


René Descartes, (La Haye, Francia, 1596 - Estocolmo, Suecia, 1650) Filósofo y matemático francés, tiene importancia para el curso de filosofía del hombre, ya que su pensamiento sigue siendo significativo para muchos pensadores hoy en día. Su influencia es de especial interés para conocer el origen de algunas teorías acerca de la naturaleza del hombre, particularmente  del papel que juega la corporeidad en la naturaleza humana. El análisis de la segunda meditación de su libro “Meditaciones metafísicas” pone de manifiesto un concepto de hombre que ha mantenido su influencia en muchos pensadores y está detrás de muchas teorías que dan prioridad a las ideas. Es precisamente en esta segunda meditación donde aclararemos las limitaciones de dicha noción.



















I.- Resumen de la segunda meditación

Descartes pretende en ésta segunda meditación partir de cero, como si volviera a nacer pero con la lucidez de una persona cultivada. Simula no reconocer nada como cierto con el propósito de alcanzar la verdad. En esta búsqueda, se ayuda de la ficción de un genio maligno que lo induce a desconfiar de todo conocimiento, especialmente del conocimiento sensible. De este modo llega a una primera conclusión: de que aunque pueda dudar de todo, ya que ni siquiera es fiable la experiencia de la enmienda, no puede sustraerse a la noción de la existencia. En efecto, aunque pueda poner en duda completamente todo, incluso la misma existencia, la noción “no existo” expresada con los pensamientos y con las palabras es, paradójicamente, una prueba de la existencia “de modo que, tras haber  sopesado todo en forma exhaustivamente, es preciso establecer por último que esta proposición, Yo soy, yo existo se hace necesariamente verdadera cada vez que mis labios la profieren o la concibe mi mente”[1].
Si bien, Descartes encuentra irrefutable la condición de existir, le parece más problemática la cuestión que sigue al descubrimiento de la veracidad  de la existencia: el ser hombre. De antemano rechaza la definición de hombre racional, porque tendría que solventar el significado de animal y de racional, cuestión muy ardua que le llevaría a “desperdiciarlo en tales sutilezas”[2]. En cambio opta por el conocimiento espontáneo y natural cuando se detiene a pensar: “qué soy yo”. Analizando las funciones de su cuerpo, creía encontrar su distinción claramente al definirlo de la siguiente manera: “por cuerpo entiendo todo aquello susceptible de ser determinado por una figura, circunscrito por un lugar, ocupando el espacio en forma tal que excluya de éste a cualquier otro cuerpo...”[3] no obstante no le concedía al cuerpo la facultad de moverse por sí mismo o el hecho de pensar. Pero tampoco creía encontrar el origen del movimiento del cuerpo y  la facultad de pensar a un hálito o a un espíritu. Consideraba a éstos muy insuficientes como evidencia probatoria. El cuerpo, es entonces, una especie de carcasa donde alberga lo que para Descartes es infalible: los pensamientos. En efecto, ante la pregunta que se plantea “que soy yo” se responde: Soy una cosa que piensa.

Incluso las sensaciones imaginarias como las que suceden en el sueño, se reducen a pensamientos, ya que la capacidad de imaginar, según descartes, forman parte de éstos. De hecho, la capacidad de imaginar es una prueba, no de la veracidad de la imaginación, sino de la capacidad de pensar a través de la imaginación. De modo que los objetos que se conocen por los sentidos, como son mudables, son transitorios y efímeros, únicamente por el poder de unificación de la imaginación es posible que permanezcan e incluso se identifiquen. Y como la imaginación puede no ser fiable, únicamente queda la capacidad de imaginar donde subyace necesariamente el ejercicio de pensar. Es así cómo, para Descartes, el cuerpo y las sensaciones, no son en modo alguno,  fiables para alcanzar la verdad, son, en el mejor de los casos, una mera extensión de los pensamientos.



II.- El concepto de hombre


En una primera instancia Descartes se percata de que es evidente de que es un hombre, pero enseguida se pregunta qué es eso de ser hombre? Y rechaza de antemano la definición de animal racional, porque considera que al analizar dicha definición se vería en la dificultad  de extraviarse en una multitud de preguntas derivadas de dicha definición y como su propósito es en primer lugar dudar de todo, tendría que dar por hecho muchas cosas que lo desviarían de su intención de alcanzar la verdad partiendo de cero. Es así, que constata que ser hombre es tener en primer lugar un cuerpo. Pero ¿qué entiende Descartes por  cuerpo?
“por cuerpo entiendo todo aquello susceptible de ser determinado por una figura, circunscrito por un lugar, ocupando el espacio en forma tal que excluya de éste a cualquier otro cuerpo; es perceptible mediante el tacto, la vista, el oído, el gusto o el olfato, y se mueve de diversas maneras, si bien no lo hace por sí mismo, sino por algún otro que lo impulsa; ya que juzgaba que no pertenece en absoluto a la naturaleza del cuerpo el poseer la fuerza para moverse a sí mismo, o el pensar; para ser precisos, me sorprendía y admiraba que algunos cuerpos poseyesen dichas facultades”[4].
Vemos entonces que el cuerpo es una máquina que no es capaz de moverse por sí misma, y que esa fuerza motriz que mueve al cuerpo es equiparada al acto de pensar. De modo que la corporeidad queda reducida a una mera extensión de los pensamientos. Y esto trae graves consecuencias cuando la influencia de este pensamiento queda en manos de autores cuyas teorías antropológicas están basadas en la primacía de la razón, negando la dignidad corporal de la persona y equiparándola al resto del reino animal. El correlato puede entreverse con facilidad: un idealismo malentendido, puede desencadenar graves problemas en la convivencia social, tales como rechazar el concepto de persona como una necesaria combinación, aunque diferenciada, de cuerpo y alma: si el núcleo esencial de ser hombre radica en su capacidad de pensar, todos aquellos que por circunstancias económicas o culturales no han podido desarrollar su intelecto tendrían que ser necesariamente humanos disminuidos o de segunda clase. Si el cuerpo es únicamente una extensión de los pensamientos despojado de su dignidad corporal, entonces puedo desentenderme de las necesidades corporales de mis semejantes si mi adhesión a alguna ideología me lo permite. Pienso en un sinfín de  discriminaciones injustificadas desde la perspectiva de la persona humana, tales  como la discriminación racial y la discriminación económico-social.  Por otra parte, ¿dónde quedarían todos aquellos seres humanos afectados por alguna patología que les impida el funcionamiento correcto de su relación mente-cuerpo? Para descartes seguramente no tendrían otro destino que la de cualquier animal, ya que sin el buen funcionamiento de la razón no tendría ningún sentido su existencia.


III.- El valor del conocimiento sensitivo


Según Descartes, los sentidos son un vehículo a través del cual obtenemos una imagen de la realidad. No obstante en el sueño podemos experimentar sensaciones de diverso tipo y sabemos que no son sensaciones reales, son solamente imágenes o recuerdos de las sensaciones vividas. De modo que no son fiables como soporte para alcanzar la verdad. No obstante, la capacidad de imaginar es para descartes parte de los pensamientos, por lo tanto, la capacidad en sí de imaginar sensaciones es equiparada al pensar mismo. “yo soy ese mismo que siente, esto es, que percibe mediante los sentidos los objetos corpóreos: resulta evidente que en este instante veo luz, escucho sonidos, siento calor. Tales cosas son falsas ya que duermo. Mas es cierto que me parece ver, escuchar, sentir calor. Tal cosa no puede ser falsa; es esto lo que se llama propiamente sentir; y si se le considera con exactitud, esto no es otra cosa que pensar”[5]. Es así como sustrae de la corporeidad física las sensaciones y las racionaliza. Es así como va delimitando tajantemente por un lado los pensamientos y por otro el mundo engañoso de las sensaciones, la consecuencia es el rechazo del mundo material como fuente fiable de la verdad.
Para ilustrar la desconfianza que tiene por los sentidos, Descartes pone el ejemplo concreto de una cera que al acercarla al fuego se transforma en otra forma con diferentes colores, olores y diferentes sensaciones al tacto. Considera que es la misma cera, no obstante es la mente o mejor, los pensamientos los que, ante el acto de entender, los hace reales y no como cabría esperar, la utilización del sentido común ante la clara información de los sentidos es la que hace coincidir por medio de la semejanza la explicación de un mismo objeto en dos estados diferentes.
Para Descartes el acto de entender es una prueba definitiva de verdad, ya que cabe el error atribuido a los sentidos sin que por eso pierda ningún ápice de la experiencia del hecho mismo de pensar y de entender. Es así como los sentidos se descalifican y se convierten en un mero transmisor de información.


IV.- A modo de conclusión


El problema de una concepción del hombre, tal como la presenta Descartes, es que, con tal de no extraviarse en la indagación de la verdad por medio de los pensamientos que tanto defiende como prueba de verdad, simplifica el valor de los sentidos y al convertir “mi yo pensante” como sede de la existencia descalifica la realidad objetiva. Por otra parte, no considera las realidades morales que son las que provocan sentimientos de pudor, vergüenza, indignación. Sentimientos que no se pueden explicar por un mera constatación por el hecho de pensarlos, sino que provienen ciertamente del mundo de los sentidos y que son una reacción ante actitudes concretas de otras personas o de sus relaciones y que se escapan a la explicación reduccionista de sensación o imaginación.
Desde una perspectiva creyente, descalificar los sentidos es descalificar el mundo objetivo y natural que Dios creó. Es también descalificar todo el mundo simbólico y hermenéutico de la realidad objetiva que bíblicamente se apoya en la concepción del hombre como Imago Dei, como imagen de Dios. Desemboca en una antropología intelectualista que está muy lejos de la experiencia que podemos constatar hoy en día (y también de la experiencia que se vivió en la época de descartes): la hambruna y las enfermedades,  no son datos que se puedan observar como el cabo de una vela derritiéndose, son realidades sensoriales que se solucionan sensorialmente. El ser humano no descalifica los sentidos, más bien los dignifica. En efecto la humanidad entendida como un espíritu encarnado convierte el cuerpo humano con todas sus sensaciones como vehículo de relación con otros seres humanos y por el hecho de poseer un espíritu dignifica dicho cuerpo.
Me parece, finalmente, que Descartes, aunque le da un papel secundario al cuerpo, ya que no puede prescindir totalmente de él, se olvida de meditar sobre los otros cuerpos. Su análisis se reduce a la existencia de un yo pensante y se olvida del yo relacional. Y aunque en el resto de las Meditaciones Metafísicas admite la existencia de Dios creador, está muy lejos del Dios de los evangelios. Baste mencionar las palabras de Jesús en un contexto escatológico, para darnos cuenta de la importancia que tendrá el cuerpo de los otros –y el mío como otro-, al punto de identificarse con ellos:
“Cuando venga el Hijo del hombre con todo su esplendor y todos los ángeles con él, entonces se sentará en su trono esplendoroso y se reunirán ante él todas las naciones y los separará unos de otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras, y pondrá las ovejas a la derecha y las cabras a la izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo; pues tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, era extranjero y me acogisteis, desnudo y me vestisteis, enfermé y me visitasteis, estaba en la cárcel y fuisteis a verme. Entonces los justos le respondieron así: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos o sediento y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos extranjero y te acogimos o desnudo y te vestimos? ¿Y cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?” Y el Rey les responderá así: “Os digo de verdad: todo lo que hicisteis a uno de estos hermanos más pequeños, me lo hicisteis a mí” (Mt 25, 31-40)[6].




















 

 







 

ÍNDICE


Introducción…………………………………………………………... 2

I.- Resumen de la segunda meditación.…………………………… 3

2.-El concepto de Hombre.…………………………………………. 4

3.- El valor del conocimiento sensitivo…………………………...6   

4.-A modo de conclusión……………………………………………. 7

Índice…………………………………………………………………….10

Bibliografía……………………………………………………………..11

 

 

 

 

 

 








 



REFERENCIAS






-Cantera –M. Iglesias (traductores), Sagrada Biblia,  BAC, España 2000.

-Descartes René, Meditaciones Metafísicas. Ed. Panamericana, Colombia 1998.











[1] DESCARTES René, Meditaciones Metafísicas, ed. Panamericana. 2004. P. 14
[2] Ibíd..,p.15
[3] Ibíd..,p.15
[4] Ibíd.,p. 15
[5] Íbid., p.18
[6] Cantera –M. Iglesias (traductores), Sagrada Biblia,  BAC, España 2000

domingo, 28 de octubre de 2012

Ejercicio: identificar cada una de las siguientes imágenes en una ficha que contenga:autor probable fecha de creación, lugar y características.







lunes, 22 de octubre de 2012

página de Mitologia Griega (en inglés)

PROTOGEOMÉTRICO (S. XII-X a. Cto.)

Con cerámica decorada de formas geométricas variadas: líneas rectas, círculos concéntricos, cruces gamadas, puntos, etc.

En esta etapa no aparece la figura humana ni animal.

Se utiliza principalmente el betún negro sobre el color ocre de la arcilla, y las decoraciones se separan en franjas horizontales o desordenadas.


- GEOMÉTRICO (s. X-VIII a. Cto.)

La policromía se hace más variada a medida que avanza esta etapa, ya que en algunos casos se añade el blanco, pero son excepciones. Se multiplica el numero de franjas horizontales en la decoración, pero sigue siendo principalmente geométrica.




ETAPA ARCAICA (s. VIII-primera mitad del siglo V a. Cto.)

Sigue decorándose con franjas múltiples pero ya aparece la figura humana de forma muy esquematizada. La utilización de estos vasos es funeraria, para guardar cenizas, por lo que la decoración es de procesiones fúnebres y plañideras.

1º.- CERÁMICA DE DYPILON

Destacan los vasos cerámicos encontrados en la Necrópolis de DYPILON, por lo que a esta cerámica se la denomina "Cerámica de Dypilon" y pertenecen al siglo VIII y principios del VII a. Cto.


Aparecen también decoraciones animales de formas muy esquematizadas: caballos, perros, ciervos, etc.






En algunos vasos de Dypilon hay decoración guerrera a demás de funeraria. Esta forma de cerámica influirá desde Atenas en toda Grecia.

"Ánfora de Dypilon", con escenas funerarias y de plañideras. Es de figura negra sobre fondo ocre (color de la cerámica). Cuerpos esquematizados de tradición geométrica.




2.- CERÁMICA DE INFLUENCIA ORIENTAL 


En el siglo VII a. Cto. se produce la llegada de influencias orientales a la cerámica griega, de esta manera aparece la decoración de animales fantásticos y figuras humanas que cada vez son más realistas. Mientras va disminuyendo el número de franjas.



Se introduce ahora de forma más general la utilización del color blanco y de temáticas de tipo mitológico y religioso.

"Vaso MacMillan" con forma de cabeza de león, pertenece a estos ejemplos de la segunda mitad del siglo VII a. Cto.



En Atenas se realizan ánforas de gran tamaño, como:

"Crátera del Louvre", con decoración de animales,... las figuras son muy esquemáticas que son herencia de la época anterior.



- "Crátera de Munich", de decoración de guerreros y franjas con animales. 



EL PINTOR DE POLIFEMO (VII a. Cto): Es uno de los pocos autores de cerámica que conocemos de esta época. Es el autor de:

"Ánfora de Eleusis" de temática religiosa, ya que escenifica "La Odisea". Este vaso utiliza el betún negro sobre cerámica ocre, pero añade el color blanco. Decora también las asas de forma calada, como si fueran celosías. Mide 1,42 mt. 





A partir del siglo VI a. Cto. aparece una nueva modalidad de cerámica denominada "de figuras negras" y "de figuras rojas". Hasta ahora solo habíamos visto cerámica de figura negra, ahora alternarán con la moda de realizar la figura en rojo.

CLITIAS (S. VI a. Cto.): La forma estilística de Clitias influirá en todos los artistas decoradores de cerámica de su época.

"Vaso Francoise", siglo VI a. Cto. Es una crátera de volutas en la que hay figura negra sobre fondo rojo. Representa una carrera funeraria en honor de Patroclo y escenas de caza. Las figuras comienzan a perder la esquematización y a ser realistas.


Destacan en esta época varios Kilix, o vasos de vino decorados tanto en el exterior como en el interior, con temas dionisiacos (Dionisios: dios del vino), que datan del siglo VI a. Cto.




En otros vasos se añaden temas más bucólicos a los ya vistos, como la decoración floral, de pájaros, vegetales,...




A lo largo de la segunda mitad del siglo VI y primera del V a. Cto. se desarrolla la etapa preclásica.

Aparecen gran profusión de Lekitos y copas que representan orgías, bailes, escenas cotidianas relacionadas con las clases altas. La división en franjas tiende a desaparecer.


 
Es la época en que el autor tiende a preocuparse más por el estudio anatómico, generalizandose más en la ultima etapa del Preclásico. Hay también profusión de imágenes eróticas y de sátiros.



Aparece también como novedad la realización de cráteras y otros vasos en bronce, con finalidad más decorativa que utilitaria.


Crátera de Eufromio, s. VI a. Cto.

ETAPA CLÁSICA (2ª mitad s. V-s. VI a. Cto.)

La variedad de color es mayor y la escena única.

Ya podemos hablar de características principales de la pintura: la linealidad, el intento de dar sombras mediante el uso de varias tonalidades, el estudio de la profundidad al situar varias figuras en diferente plano, aunque sin conseguir perspectiva.


La temática es amorosa y atlética, junto con los ya conocidos temas heroicos.

POLIGNOTO DE TASOS (S. V a. Cto.): Es el autor más importante de la época. Sitúa las figuras en diferente plano buscando perspectiva sin conseguirla. Realiza figura roja sobre fondo negro o ocre.



- "Crátera de Polignoto", de tema mitológico mostrando los trabajos de Hércules. Intenta dar expresividad.



Polignoto de Tasos (hacia el 470-465 a.e.) pintó también el "Pórtico de los Cnidios" en Delfos dice que debió de basarse en un Poema épico de finales del arcaísmo (hacia el 500 a. Cto.).



Hay autores que intentan realizar figuras caricaturescas en relación con las máscaras de teatro de la época.

Los Lekitos con decoración mitológica y musical, temas cotidianos... incluso con desnudo femenino. Muchos se utilizan con carácter funerario, para cenizas, aunque otros mantienen la utilidad de perfumero y aceitero.

ETAPA HELENÍSTICA (s. III-I a. Cto.)
Continúa la tradición cerámica.


La pintura se realiza ahora al fresco y en mosaico de OPUS TESELATUM, aunque también los hay con guijarros (piedras de río). Sus características se estudiarán con la decoración de mosaicos romana, ya que Roma copia todos los originales griegos que se perdieron en su mayoría.